Nuestra oficina representó a una mujer que resultó gravemente herida como resultado de una caída desde una plataforma que no estaba debidamente asegurada, después de haber sido golpeada en la cabeza. 

Esta lesión ocurrió en un lugar donde nuestra cliente trabajaba para un negocio de jardinería que no tenía seguro. Ella sufrió una fractura grave del cuello y la columna torácica, una disección de la arteria vertebral derecha, que puso en peligro su vida, hematomas graves, laceraciones y contusiones en todo el cuerpo.

Ell fue admitida a la UCI en estado crítico y tuvo que ser sometida a una cirugía de emergencia para colocarle un dispositivo de “halo”, el cual tuvo que usar durante cuarenta y cuatro días, seguido por un “collarín rígido” durante cuarenta y dos días y en el momento en que su reclamo se resolvió, ella estaba usando un “collarín blando” continuamente todos los días. Ella estuvo hospitalizada durante más de una semana y después fue trasladada a un centro de rehabilitación, donde estuvo durante casi dos meses y tuvo que recibir atención a domicilio durante más de un mes, una vez que fue dada de alta del centro de rehabilitación. Nuestra cliente tuvo que ir a docenas de visitas de seguimiento con su doctor y se tuvo que someter a veinticuatro procedimientos de diagnóstico. Ella no puede volver a trabajar y sufre de dolores crónicos.

Los desafíos que tuvimos con este caso fueron porque nuestra cliente se negó a tener una cirugía que le fue recomendada y se negó a participar en fisioterapia continua. No pudimos establecer un reclamo por salarios perdidos y un reclamo por salarios perdidos en el futuro, porque a ella le pagaban por "debajo de la mesa", lo que hubiese podido incrementar el valor de su reclamo. A pesar de estos desafíos, pudimos resolver su caso por $600,000 antes de ir a juicio.